La docencia es una profesión llena de desafíos, y es que educar no es una tarea fácil, como toda profesión requiere de algunos sacrificios y de mucha vocación. Si bien es cierto es necesario ejercer como profesor para saber lo que realmente significa y cómo se siente ser un docente y estar parado frente a un grupo numeroso de personas (muchos de ellos poco y nada interesados en lo que uno trata de enseñarles), uno como alumno vive la otra cara de la moneda, por lo que podemos postular ciertas teorías de lo que la profesión docente significa y algunos de los requisitos que ésta debiese tener.
Postulado
“La creación por parte de los docentes de un ambiente propicio dentro de la sala de clases (entiéndase como ambiente de respeto donde prima la relación cordial, la aceptación de las diferencias, la valorización del error, entre otros) permite desarrollar en los alumnos una mayor motivación por la asignatura impartida, facilitando la enseñanza.”
1) Un problema que afecta a la gran mayoría de los alumnos es el temor a las burlas y al ridículo, es por esta razón que son muy pocos alumnos (generalmente los que más saben o los comúnmente conocidos como “mateos”) los que participan activamente durante las horas de clases en la formulación de preguntas y respuestas. Esta situación típica desencadena dos situaciones negativas tanto para los alumnos que desean aprender como para el docente que trata de enseñar:
a) Los alumnos que no se atreven a preguntar por temor a que sus preguntas sean simplemente “ridículas” o de respuestas “obvias”, quedan con las dudas, lo que impide el correcto aprendizaje y comprensión de las
materias que se imparten.
b) Crea en los alumnos “ridiculizados” la desmotivación completa por la asignatura (esto acompañado de malas relaciones con el profesor), la que encuentran simplemente difícil de aprender, lo que a su vez crea en los alumnos un sentimiento de rebeldía, fomentando el desorden dentro de la sala de clases y, con éste, el impedimento de la buena realización de la clase.
Según el “Marco para la buena enseñanza” en el Dominio B, criterio B.1 “Un buen ambiente de aula se caracteriza porque los alumnos se sienten valorados y seguros. Saben que serán tratados con dignidad, que sus preguntas, opiniones y experiencias serán acogidas con interés y respeto.”
Es por esto que el docente debe ser capaz de transmitir a sus alumnos el valor de la opinión de cada uno de éstos, donde el error es una forma de aprendizaje efectiva y donde no hay lugar para el ridículo, haciendo entender a los alumnos que todos quienes integran el aula, incluido el profesor, están para aprender con igualdad de condiciones. Logrado esto, el alumno se conectará y se interesará por la asignatura, fomentará la tolerancia hacia sus pares y mejorará su rendimiento además de crear lazos y relaciones de mutuo respeto tanto con sus compañeros como con el profesor; el alumno crecerá como estudiante y como persona, tarea clave en el ejercicio docente.
2) Las relaciones empáticas son consideradas como una competencia fundamental dentro del ejercicio docente, ya que el profesor, además de proporcionar y facilitar conocimientos de una determinada asignatura a sus alumnos, es una persona capaz de conectarse, conocer y comprender a sus estudiantes, una persona interesada en el sentir y pensar de sus alumnos y donde se da una especie de feedback entre ambos.
En el documento “Competencias del Profesional de la Educación en la Sociedad actual” creado por el equipo de Principios de la Educación de la Universidad de Concepción, la competencia empática implica “ponerse en el lugar de los otros a fin de comprender las formas de sentir y conocer a los niños, jóvenes y adultos que conforman los diferentes grupos escolares. La empatía da la posibilidad de interactuar con tolerancia y respeto por los otros, así como de comprender la influencia de las características culturales y psicológicas de los grupos en situación de aprendizaje.”
Las relaciones de cordialidad y la aceptación por parte del profesor de las diferencias que cada alumno posee, sean estas étnicas, culturales, físicas, socioeconómicas, entre otras, permiten enriquecer y fortalecer la enseñanza, haciendo sentir a cada alumno como una parte única y fundamental dentro del aula, una especie de rompecabezas donde cada pieza es irremplazable y de suma importancia para la formación del grupo. Esta aceptación motiva al alumno a participar y a sentir que su opinión puede ser fundamental, junto con esto el profesor puede, con sus
experiencias, complementar las opiniones, enriquecer y fortalecer los contenidos, y que éstos sean de fácil comprensión para el alumnado.
3) Según el Marco para la buena enseñanza, en el Dominio B, criterio B.2 “Un aspecto crucial al interior de las salas de clase es la capacidad del profesor para generar interés por el aprendizaje en sus alumnos. Esto se relaciona estrechamente con su disposición a comprometerse con los contenidos que enseña y con lograr que sus alumnos se motiven y valoren lo que están aprendiendo.
Estas salas de clases se distinguen porque son ambientes activos, en los cuales, tanto el profesor como los estudiantes se formulan preguntas, están interesados en indagar y llegar a resultados y productos satisfactorios y en comunicar a otros sus hallazgos.”
Tanto en la enseñanza media como en la universidad he presenciado clases de profesores que llegan a la sala a dictar cátedras aburridas que uno debe memorizar, donde no hay la más mínima explicación de lo que trata la materia y donde el profesor es una persona totalmente fría, demostrando una enorme falta de vocación y de sentido pedagógico. El resultado de este tipo de clases ha sido una desmotivación generalizada del curso, pésimo rendimiento y caos de desorden dentro de la sala de clases, y es que, si bien es cierto el profesor no es el único responsable de que una clase sea exitosa, sino que más bien debe ser un trabajo en conjunto, es él el actor más importante a la hora de motivar a los alumnos y convencerlos de que su asignatura es importante, invitarlos a descubrir, a
investigar, a pensar, a opinar. Si no da la palabra a sus alumnos, si no los invita a participar, si no respeta sus diferencias y solo se dedica a dictar materias que ha dictado casi 20 años y que todavía tiene en papeles amarillentos, es ciertamente imposible que su clase sea exitosa y que sus alumnos le presten atención, y es que esto no solo ocurre dentro de un colegio, de una universidad, un liceo, etc, sino que es algo que se da en el diario vivir, es una verdadera lección de vida el aprender a respetar y tolerar las diferencias de los demás y aprender a escuchar para ser escuchados.
Un profesor que cree en su asignatura y en las capacidades de sus alumnos, es un docente comprometido con la docencia y sus alumnos notarán su interés y ellos mismos se interesarán en ser parte de sus proyectos
Conclusión
Hemos aprendido durante todo este semestre que un profesor no es alguien que sabe mucho de una asignatura y que repite lo que sus antiguos profesores le hicieron estudiar y que pasadas unas semanas hace un certamen para medir nuestros conocimientos, sino que es un ente comprometido con un grupo de estudiantes deseosos de conocer distintas materias y lecciones de vida. Atrás queda la imagen del docente frío que dicta largas cátedras que muchas veces no tienen sentido y que desmotivan a cualquiera, el docente de hoy es alguien que invita a sus alumnos a aprender por medio de investigaciones, de hallazgos, de búsquedas, de formulaciones de preguntas, alguien que armoniza y fortalece las diferencias de sus estudiantes y que crea lazos afectivos entre sus alumnos y él mismo.
La motivación, el interés y el desempeño de los estudiantes responde al manejo que tenga el profesor dentro del aula, cabe destacar que no todo el peso recae sobre él, pero sí es importante saber que es él quien da el primer paso para que una clase sea exitosa. El que sea capaz de mantener la atención y el interés de sus alumnos le significará reducir de manera importante el bajo rendimiento y sobretodo el mal comportamiento, ya que es sabido que los alumnos se comportan de manera irrespetuosa en la medida que una clase sea desmotivante y poco interesante para ellos, siendo la rebeldía y el desorden la forma más fácil de acortar el tiempo.
En resumen el profesor debe ser íntegro, por cuanto debe ser una persona
dotada de conocimientos, un ser dispuesto a relacionarse e interesarse en sus alumnos y por sobretodo alguien abierto a aprender siempre.
Ensayo Profesión Docente
26 de noviembre de 2008
Written by Vanessa Ch. ¬¬ en 12:59 p. m.
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2 Post:
leete cualquier cosa de "Los Tipos Lógicos"... son la raja, porque muestran los tipos de aprendizaje congnoscitivo... cuando tengamos tiempo.. te explicaré un poco mas^^....
Te quiero Vachiwiii de la Mercedes del Flow Latino *0*
Diego. =B
Creo que el "secreto" esta en no trabajar PARA el estudiante ni EN la sala de clase... sino que trabajar CON el estudiante y CON la sala de clases.... para crear un conocimiento a partir de una construccion social de este :B
Bye^^
Vehuel.. o Diego.. como quieras u.u...
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